Organizaciones Cristianas están proporcionando ayuda a Haití luego que un fuerte terremoto de magnitud 7,2 sacudiera la nación el sábado, terminando con la vida de casi 1.300 personas.
Según Associated Press, la cantidad de muertos creció a 1.297 el domingo, y la cifra de personas heridas aumentó a al menos 5.700.
Además miles de haitianos han sido desplazados.
La Oficina de Protección Civil de Haití dijo que más de 7.000 casas fueron destruidas y casi 5.000 dañadas. Otros edificios afectados por el terremoto fueron los hospitales, escuelas, oficinas e Iglesias.
Según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos, el epicentro del terremoto fue a unas 78 millas al oeste de la ciudad capital de Puerto Príncipe.
El primer ministro Haitiano, Ariel Henry, ha declarado el estado de emergencia de un mes para todo el País y ha pedido ayuda en las zonas afectadas por el desastre.
Explicó Henry a los periodistas el domingo.
«Saludamos la dignidad, el esfuerzo, capacidad que tiene cada persona para superar circunstancias ocurridas con las víctimas y su esmero para empezar de nuevo», agregó. «Según fui observando, deduzco que los haitianos quieren vivir y progresar. ¡Unámonos para ofrecer a estas personas un entorno vivo propicio para el desarrollo!
- El terremoto del sábado, que fue seguido por una réplica de magnitud 5,2, es más fuerte que el terremoto de magnitud 7,0 que azotó Haití en el 2010, dejando a más de 300.000 personas, según el gobierno haitiano.
En una declaración publicada por la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, mencionó que había una necesidad humanitaria urgente para muchos haitianos, como atención médica, agua potable y refugio.
«Poco más de una década después, Haití se tambalea una vez más», dijo Fore. «Y este desastre coincide con la inestabilidad política, el aumento de la violencia de las pandillas, las tasas alarmantemente altas de desnutrición entre los niños y la pandemia del COVID-19, para la que Haití ha recibido sólo 500.000 dosis de vacunas, a pesar de requerir mucho más», concluyó.