Joven agradece a Dios tras salvarlo de un accidente

El joven agradeció por la sanidad divina en su testimonio

El testimonio de como un joven agradece a Dios tras salvarlo de un accidente automovilístico, en donde casi perdió la vida.

Un hombre llamado Mateus Perondi de Lima quedó entre la vida y la muerte después que un auto chocara contra su vehículo.

Al ser ingresado en el hospital, la vida de Mateus corría peligro, los médicos aseguraron que su vida era un milagro.

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Joven agradece a Dios tras salvarlo de un accidente
Cuando Mateus estaba saliendo del trabajo a bordo de su vehículo, recibió el impacto de otro automóvil que lo chocó.

El hombre asegura que solo sintió un fuerte golpe en la cabeza y que ya no pudo recordar nada del fatídico momento.

Los bomberos pudieron sacarlo del auto, no sin antes alertar que el cuerpo de Mateus tenía múltiples fracturas muy complicadas.

Situación difícil
La situación era delicada, la vida del hombre pendía de un hilo y su situación ameritó que fuese trasladado a otro hospital.

Ya en la unidad de cuidados intensivos, los médicos comunicaron a la familia que el joven tenía un traumatismo craneoencefálico.

Siete fracturas de costillas, tenía más de la mitad del pulmón afectado, se rompió el fémur y sufrió múltiples fracturas en varios otros huesos del cuerpo.

Liberación espiritual
Hoy Mateus recuerda que Dios fue su liberación, “Aunque muchos no lo crean, Dios me liberó de la muerte ese día”. Comenta el joven.

Además, asegura que El Señor le devolvió la vida, ya que en las terapias intensivas también sufrió un paro cardiaco.

“Vine a sufrir un paro cardíaco y Dios me devolvió la vida. Por eso hoy quiero compartir mi testimonio. Un testimonio de que Dios hace milagros”.

Testimonio de fe
Actualmente Mateus está culminando su recuperación en casa, la tarea no ha sido fácil pero lo peor de todo ya ha pasado.

En cambio, el joven agradeció a su familia por apoyarlo, además de compartir su testimonio en distintas redes sociales.

Mateus quiere inspirar a muchas personas que aún dudan de los milagros de Dios, a que se acerquen a los brazos de El Señor.