La conclusión siempre será que no es adecuado o correcto que los creyentes celebren el carnaval, pues no es de edificación en lo absoluto.
La palabra CARNAVAL es la composición de dos palabras CARNE Y BAAL. lo que quiere decir carne a Baal. En la biblia podemos encontrar que el pueblo judío adoraba a un dios pagano llamado Baal. Este es uno de los tantos nombres que recibe satanás en las diversas civilizaciones y culturas.
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Hoy es triste ver personas que dicen tener temor de Dios, y participan de esta fiesta pagana. No haciendo así diferencia entre lo santo y limpio de lo profano.
La «fiesta» del carnaval se presta para muchas cosas, entre ellas el pecado, los deseos ilícitos y dar mucha rienda suelta a la carne; cosas de las que los cristianos deben abstenerse.
Como hijos de Dios debemos recordar que nuestro llamado es a la santidad y búsqueda de la presencia de Dios; si queremos motivos para celebrar, solo debemos recordarla cruz, pues allí fuimos comprados y salvados por amor; razón por la que entendemos que le debemos nuestra vida al Señor.
Celebremos a Cristo, celebremos su amor y poder, celebremos que gracias a Él vivimos, pero sobre todo, celebremos que Jesús está por venir y preparémonos para recibirle.
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