Yo creo en la Iglesia ¿Qué es la Iglesia?

¿Qué es la Iglesia? La Declaración de Verdades Fundamentales de las Asambleas de Dios dice: «La Iglesia es el cuerpo de Cristo, la habitación de Dios por el Espíritu.’

Daríamos una interpretación muy equivocada a las Escrituras si procuráramos describir la Iglesia en términos de edificios u organizaciones. En realidad, algunas iglesias no tienen edificios adecuados y son mal organizadas.

 Nos dicen que la iglesia en la China cuenta con millones de adherentes y miles de “casas de oración,» muy pocas de las cuales serían llamadas iglesias según la versión popular„

 Nos acordamos que Pablo envió saludos a Priscila y Aquila y a la «iglesia en su casa» (ROM. 16:5) Y otra vez, Pablo escribió a Filemón: ‘ ‘y a la iglesia en tu casa» (Filemón 2).

Parece extraño que no podemos identificar a la Iglesia por sus edificios o por su organización.

La Iglesia es gente. No es una organización sino un organismo.

No recomendamos la ausencia de toda organización. Al contrario, las Escrituras sostienen nuestra creencia de que Dios mismo ha dado a la Iglesia dones de administración. Sin embargo, no debemos estar más ocupados en hacer funcionar la maquinaria, que en hacerla cumplir su propósito.

ES SU IGLESIA, Y YO CREO EN LA IGLESIA PORQUE FUE ESTABLECIDA POR EL SEÑOR.

Nuestro Señor dijo, «Yo edificaré mi iglesia.» Nadie recibe el crédito por haber establecido la Iglesia del Señor. Es la Iglesia del Señor. El la estableció. El la mantiene.

   Yo creo en la iglesia porque se mantiene por Su presencia.

Él dijo: «Yo estaré con vosotros.» Él ha estado y está con Su Iglesia hoy. Cuando El ya no esté presente en Su Iglesia, ésta dejará de ser la Iglesia. Dios no es el presidente jubilado. iNo! Él vive y permanece activo en Su Iglesia. Su presencia es lo que hace la Iglesia.

YO CREO EN LA IGLESIA PORQUE ES GUIADA POR SU PALABRA

 La iglesia primitiva «predicó la palabra con audacia» (Hechos 4:31). ¡La Palabra era central en la Iglesia novotestamentaria iY con mucha razón! Con el salmista los creyentes de la Iglesia infantil sabían que era la Palabra que iluminaba su camino.

Alguien, al ver una mujer africana con la Biblia en sus rodillas’ preguntó, ¿Qué libro está leyendo?

Ella replicó, «Yo no estoy leyendo este Libro; este Libro me está leyendo a mí.»

Y así es. La Iglesia del Señor es dirigida por Su Palabra. Para la Iglesia primitiva no había lugar a dudas de la importancia de la Palabra. Era el punto central para toda actividad. Las herejías, enseñanzas y estilos religiosos son temporales. Pero cualquiera que sea el camino que han tomado los discípulos de nuestro Señor, si el camino no señala hacia la Palabra de Dios, los que lo siguen dejarán de formar Su Iglesia. Impurezas doctrinales al fin conducen a la pérdida de la presencia del Señor. La Iglesia del Señor en todas sus luchas siempre acudirá al Libro de guía, la Biblia, y se guiará por Su Palabra.

Casi 2,000 años han demostrado esta verdad. La misma supervivencia de la Iglesia del Señor ha sorprendido y asombrado los hombres en todos los siglos. No debieran sorprenderse. Cuando la Iglesia vuelva a la Palabra, encontrará sus raíces en el corazón de Dios.

YO CREO EN SU IGLESIA PORQUE RECIBE SU PODER DE SU ESPIRITU

Antes de Su regreso al cielo nuestro Señor prometió a Sus seguidores: «Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.» El Espíritu Santo era la fuente del poder de la Iglesia en aquel tiempo, y es la fuente de poder de la Iglesia ahora. No ha cambiado la situación. Cuando está ausente el Espíritu Santo, la Iglesia carece de poder. Cuando el Espíritu Santo está presente, la Iglesia es poderosa en energía espiritual.

Los que critican a la Iglesia no reconocen el derramamiento del Espíritu Santo sobre ella. Creen que fue algún tipo de fervor religioso. El poder del Espíritu Santo fue enviado a los creyentes y con toda certeza era un poder aparte de los talentos y habilidades de los creyentes.

Algunos declaran que la Iglesia no tiene significado para la sociedad actual. Bien podría ser si toma otro rumbo que el que está señalado, y se aleja de su verdadero propósito. Tal vez gasta sus energías procurando resolver problemas que no existen para la gente del siglo veinte. Sin embargo, el poder del Espíritu Santo vence la distancia entre los siglos y cierra el golfo entre el tiempo y el espacio. El Espíritu Santo en la Iglesia trae a Jesús de Galilea muy cerca—al tiempo nuestro.

¡Por esa razón yo creo en la Iglesia!

CREO EN LA IGLESIA PORQUE ES MOTIVADA POR AMOR Y GENEROSIDAD

El amor y la generosidad siempre han sido las características de una identificación de la Iglesia del Señor. Su misma institución por medio de la muerte de Jesús en la cruz todavía nos señala el gran amor que proviene del corazón de Dios.

La Biblia dice, «Dios es amor» (1 Jn. 4:8). Muchas veces leemos en la Palabra que Cristo fue «conmovido de compasión.» Se encontró con un leproso y tuvo compasión de él, pero hizo aún más, le «tocó» y le sanó.

Nos habló acerca de un vaso de agua fría y que debiéramos amar a nuestros enemigos. De las palabras de Cristo la Iglesia ha aprendido que el amor más sublime no es el de labios, sino de las manos extendidas para alcanzar gente fuera del santuario y por todo el mundo. La Iglesia de la cual habló el Señor siempre ha comprendido que es una Expresión del amor de Dios hacia el mundo.

 YO CREO EN LA IGLESIA PORQUE TRANSFORMA AL MUNDO

Mientras los adherentes del humanismo secular desacreditan la importancia de la Iglesia en el mundo, es en realidad el mayor medio de transformación en una sociedad      moralmente perdida. Es la sal de la tierra y la luz del mundo, y siempre Io será.

La Iglesia primitiva «daba testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos» (Hechos 4:33). Esa comunión de la Iglesia del Señor produce el mismo evangelismo auténtico como en aquel tiempo. Y por eso influye al mundo.

Al examinar la historia de la Iglesia Novo testamentaria, descubrimos que no se organizó para alcanzar el mundo con el evangelio de Cristo. Pero podemos fácilmente ver que el evangelio se difundió de tal manera y con tanta rapidez sólo porque estaba cumpliendo el propósito para el cual fue instituida. Es lo mismo hoy en día.

Sabemos bien que el evangelismo y las misiones no pueden ser legisladas. La Iglesia siempre ha ejercido influencia en el mundo y seguirá haciéndolo. Si una cosa se destaca en la Iglesia Novo testamentaria es un sentido de urgencia para dar testimonio de la fe en Jesucristo como el Salvador de la humanidad y el Jefe de Su Iglesia.

YO CREO EN LA IGLESIA PORQUE DE UNA MANERA ESPECIAL LOS CREYENTES ESTAN UNIDOS POR EL SEÑOR DE LA IGLESIA

Esto no quiere decir que somos ejemplares perfectos del cristiano ideal, o que hemos abandonado nuestras preferencias políticas y las diferencias culturales; significa que la Iglesia no es un grupo de espectadores individuales y separados.

La Iglesia Novo testamentaria tuvo su principio como un cuerpo de creyentes quienes eran «de un corazón y de un alma» (Hechos 4:32). Y esto no ha cambiado: El mundo todavía Se asombra al ver la uni9n de los creyentes, quienes confiesan que tienen una responsabilidad unos por otros. Hay una comunión única en el cuerpo de Cristo que no puede ser duplicada en el mundo.

Uno que no es miembro de la Iglesia del Señor debe sorprenderse al contemplar docenas, centenares, y aún millares en un mismo sitio cantando juntos los himnos de alabanza; al ver gente que no se conoce estrecharse las manos, y que abraza la fe de la Iglesia del Señor. Esta unión producida por el Espíritu de Cristo que mora en el creyente hace que la Iglesia experimente el perdón, aceptación y afirmación de Su amor.

El apóstol Pablo nos hizo recordar que «Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo. por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha» (Ef. 5:25-27).

¡La Iglesia de nuestro Señor no se ha perfeccionado todavía, pero un día si será perfecta!

Se está preparando como una novia para el Novio y un día se escuchará: «Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han. llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado» (Apo. 19:7).

 iY0 CREO EN ESA IGLESIA!