¿Cuándo vendrá el Señor? Señales de su venida

La pregunta surge, ¿Cuándo vendrá el Señor? iNadie sabe!

El mismo Señor Jesucristo dijo: «Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre» (Mateo 24:36). Todas aquellas personas que han cometido el atrevimiento de fijar fechas en las cuales supuestamente el Señor regresaría a t la tierra, han sufrido grandes decepciones. Sus predicciones resultaron falsas; se equivocaron pasando por alto las afirmaciones de la Biblia de que nadie sabe ni el día ni la hora en que Cristo ha de regresar al mundo. Sin embargo, el Señor habló de señales que tomarían lugar antes de Su venida, como una advertencia al mundo de que, efectivamente, él viene.

En el capítulo 24 del evangelio según San Mateo encontramos que el Señor habló de muchos que se presentarían diciendo ser el Cristo, y que engañarían a muchos, incluso hasta los mismos escogidos. Habló también de guerras y rumores de guerras. Nadie cuestiona el fiel cumplimiento de esta profecía.

Los medios de comunicación nos informan que en el momento en que se redacta este artículo se están librando en el mundo 53 guerras. Lo más triste es que muchas de estas guerras han alcanzado un punto irreversible, no habiendo la posibilidad de una solución inmediata. Es un hecho que los presupuestos de la mayoría de los países tienen en primer lugar, con la cifra más elevada, los gastos militares.

No es la educación, ni la asistencia social, ni el comercio donde se invierte más dinero: es en la milicia. Esto no debe extrañarnos ya que el Señor anticipó una constante actividad bélica entre los pueblos. No que el Señor haya predestinado esta situación armamentista, sino que en Su omnisciencia previó que todo esto sucedería.

El Señor habló, también, de pestilencias y de hambres y ¿quién se atrevería a poner en duda esta profecía? Millones de personas mueren de hambre anualmente en el mundo entero; millones han sido víctimas y lo siguen siendo de tremendos flagelos. ¿Qué significa todo esto? ¡Que Cristo puede regresar en cualquier momento, que está a las puertas! ¡Que Sus profecías respecto a Su venida se han cumplido con toda fidelidad!

El Señor habló de terremotos que tomarían lugar en diferentes partes del mundo. Si uno tiene la curiosidad de informarse al respecto hallará que en diferentes partes de la tierra han habido espantosos terremotos de una manera intermitente y que estos han causado la muerte a miles y miles de personas.

Lo que sucedió en México en 1985, y después en Colombia en el Nevado de Ruiz es insignificante en comparación con lo que ha sucedido en China, Japón, Turquía, y otros países, donde cientos de miles de personas perecieron en uno de estos movimientos sísmicos. Los científicos advierten el peligro que existe en la costa oeste de los Estados Unidos de Norteamérica, donde se encuentra la falla de San Andrés.

En cualquier momento puede haber un derrumbe de las capas terrestres en que ciudades como San Francisco y Los Ángeles sufran pérdidas espantosas. El Señor Jesucristo no era geólogo; no se valió del moderno instrumental científico del cual se valen los expertos en la materia; sin embargo, podemos constatar que lo que Él predijo se ha venido cumpliendo con una exactitud admirable.