El reloj de Dios ¡El tiempo de corto!

Los pasajeros del avión en el vuelo Pan-americano hacia Florida, jamás pensaron que su tiempo estaba cerca de terminarse. Momentos después de levantarse, sus planes y anticipos de repente se estrellaron, cuando el transportador y su 140 pasajeros se precipitaron a la destrucción.

Pablo nos dice en 1 Corintios 7: 29 que “el tiempo es corto”. En Apocalipsis 1:3 se nos recuerda que “el tiempo está cerca”. El apóstol declara otra vez: y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” Romanos 13:11 “la noche está avanzada, y se acerca el día” (verso 12)

¿Cuál es el “tiempo” A qué se refiere las escrituras? Realmente es aquel periodo que nos queda durante el cual hemos de cumplir nuestras responsabilidades para Dios. ¡Que triste que algunos se han permitido tanto tiempo deslizarse y aún ahora cuán cortó es ese tiempo!.

EL RELOJ DE DIOS REQUIERE DILIGENCIA

No hay duda de que la voluntad de Dios será cumplida. Él no se demora; sus planes siempre están a tiempo. Juan El Bautista sabía esto cuando dijo: “ el tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado” (Marcos 1:15) (Gálatas 4:4) declara que Dios envío a su hijo “cuando vino el cumplimiento del tiempo punto Pablo nos dice que Dios a su debido tiempo manifestó su palabra” (Tito 1:3).

Nosotros somos amonestados qué: “ahora es el tiempo aceptable” (2 Corintios 6:2). La escritura in equivocadamente indica que los planes de Dios están “a tiempo” y requieren diligencia de nuestra parte.

EL TIEMPO ES CORTO PARA CONOCER A DIOS PERSONALMENTE

Las palabras de Jesús en Mateo 7: 21-23 son molestas para que ellos que se fían de sus reclamos de haber profetizado en su nombre; de haber echado fuera demonios, y haber hecho Milagros. A pesar de su insistencia, él les dirá: “nunca os conocí: apartados de mí”.

¿Qué salió mal?

Aquí existe evidencia de que es posible trabajar religiosamente en su nombre y aún no conoce realmente al Señor. Él dijo: “No todo el que me dice señor, señor entrará en el reino de los cielos” (versículo 21)

No es suficiente saber acerca de Dios o efectuar hechos religiosos en su nombre. Debemos conocerle personalmente. Jesús dijo: “Yo … Conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:14)

Cuando el apóstol Juan era joven se sentía muy cerca a Jesús. A veces se apoyaba en el regazo de Jesús y con confianza conversaba con Él. ( Juan 13: 25) muchos años después de la Ascensión Jesús le apareció mientras era un exiliado en la isla de Patmos. Esta vez Juan se asombro; nunca antes lo había visto así. Lo contemplo en su divino poder y autoridad. Más tarde relató: “y cuando le vi, caí como muerto”. (Apocalipsis 1:17).

En base de su experiencia como pensaba que conocía a Jesús; ¡Pero esto era diferente! Admitió que su concepto del maestro era inadecuado.

Usted no tendrá mucho tiempo más en el cual conoce realmente al Señor. Usted llegará a conocerle mejor por su palabra; por comunión e íntima asociación con él, y por trabajar junto con él. “El pueblo que conoce se esforzara”(Daniel 11:32) Con Pablo debemos decir “Yo de a quien he creído” (2 Timoteo 1:12) ¿Cuánto le conoce usted?

EL TIEMPO ES CORTO PARA MADURAR ESPIRITUALMENTE

Si después de varios años un Infante permanece Infante, será una cruel anormalidad. Sería una tragedia que quebranta el corazón. La palabra de Dios declara a quienes nacen de nuevo: “crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18)

Dios espera de nosotros de crezcamos espiritualmente; que lleguemos a la madurez en el hombre interior. Quiere que desarrollemos nuestro espíritu, para que podamos estar listos para los nuevos cuerpos glorificados que él nos dará a su venida. (1 Juan 3:2; Filipenses 3:21)

Esta madurez no se desarrolla por sí mismo; uno debe trabajar para lograrlo. Pablo aconsejo: “ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12). En la conversión se nos concede la salvación; pero de ahí en adelante como se espera que maduremos por aprender la palabra de Dios; desarrollando la obediencia, ocupándonos en ella; aceptando la corrección y ganando experiencia.

Un cristiano maduro puede asociarse inteligentemente con Dios, trabajar con él, y cumplir sus deseos. ¿Estamos creciendo, madurando; o estamos buscando ser mimados? El tiempo es demasiado corto para eso.

Recibamos una lección del hombre rico mencionado en Lucas 12, quién pensó tener mucho tiempo por delante; e hizo planes para derrocharlo en sí mismo. Qué golpe tuvo cuando oyó a Dios decirle: “ necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿De quién será? No consideró cuán corto era su tiempo, y no estaba preparado para encontrarse con Dios.

EL TIEMPO ES CORTO PARA CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS

Cuando Jesús dijo: “sígueme”, era una invitación, no para ser un observador, sino un participante.

Somos “colaboradores suyos” (2 corintios 6:1) Dios nos ha dado a cada uno responsabilidades que son importantes para cumplir sus planes. Espera nuestra fiel participación. Cuando el pueblo de Dios cumple su voluntad gran gozo recibe. El se agrada cuando sus hijos recuerdan sus palabras: “si guardareis mis mandamientos… estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido”. (Juan 15:10,11) La participación activa para efectuar el plan de Dios como nos traerá por resultado el gozo de Dios en lo profundo de nuestra alma. Su gozo nos dará fuerza, coraje, confianza y satisfacción. “el gozo de Jehová es vuestra fortaleza” (Nehemías 8:10).

¿Cuál es su fuerza? Jesús lo aclaró dijo que había venido a “ hacer la voluntad de mi padre” (Mateo 12:50) Él vino a “buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10). “Esta es la voluntad del padre, él que me envió, que … todo aquel que ve al hijo, y cree en él tiene vida eterna.” (Juan 6:39-40). Él ansia salvar el mundo.

Jesús espera de nosotros que tomemos tiempo para orar que otros entren al reino de Dios, espera que tomemos tiempo para hablarle a la gente acerca de su relación con Dios. espera que tomemos tiempo para buscar y utilizar cada oportunidad para sostener sus esfuerzos de alcanzar a los perdidos.

¿NOS ATREVEREMOS A ESPERAR MÁS TIEMPO?

Sin más dilación acerquémonos a conocer mejor a Jesús. Procuremos la madurez espiritual. Cooperemos con Él salvando a los perdidos.

¡EL TIEMPO ES CORTO!

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