Sus antepasados habían sido esclavos. Ellos mismos habían vagado por el desierto como nómades por muchos años. Parecía increíble que ellos habitarían un día en su propia tierra.
Y que tierra iba a ser! Una tierra de cerros y valles, con lluvia suficiente, buenas cosechas, tierras fértiles y alimento en abundancia-todo esto esperaba a los Israelitas.
Por cierto, esta tierra estaba ocupada en aquel tiempo por tribus paganas, pero Dios había prometido que ellos podrían vencer a los enemigos. Ni lo numeroso ni el poderío de los enemigos podrían detener su avance.
Una generación anterior había llegado a la frontera de esta herencia prometida pero, por temor había retrocedido sin ocuparla: la habían perdida. Ahora, hablando a sus descendientes Dios dijo: “Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro” (Deut. 11:24). Por el avance persistente y la conquista podría llegar a ser una realidad su sueño.
Como hijos de Dios, nosotros también hemos recibido una gran herencia. Dijo un muchachito, “Mi papa puede cazar tigres feroces; puede cruzar a nado los ríos más anchos, puede escalar las montañas más altas. Pero mayormente saca la basura.” ¡Qué desperdicio de potencialidad!
Y usted como creyente, ¿se da cuenta de su potencialidad?
Una nación muy pobre en África, durante siglos, apenas había provisto una existencia escasa en su terreno polvoriento e improductivo. Pero hace poco, se vio por un satélite que debajo de la tierra infructífera había inmensa cantidad de mineral de hierro. Había estado allí siempre, pero nadie lo sabia. Así que no pudieron aprovecharlo.
Es posible ignorar los recursos de Dios que están a nuestra disposición y seguir viviendo Como mendigos. Como creyente, está usted sentado sobre su capacidad en vez de aprovecharlo?
Piense usted en la herencia que tiene en Cristo. Es posible que Su naturaleza sea desarrollada y expresada por la vida de usted.
El poder divino de Dios ha provisto para usted todo lo necesario para la vida (2ª Ped. 1:33 Usted puede ser participe de la naturaleza divina. Esta es su herencia. Es tan poderosa como lo es Dios mismo. El quiere que la misma naturaleza de Jesucristo sustituya su naturaleza propia y se refleje en su personalidad. Esta es su herencia, su tierra prometida.
Ahora Dios le dice. “Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie, será vuestro. El desea que Usted reclame, paso a paso, todo este territorio requiere que usted sea diligente en añadir a su fe la virtud (bondad). Luego añada a su virtud conocimiento el acto de conocer a Dios mejor descubrir lo que El quiere que usted haga. El desea que usted avance paso a paso.
Al progresar usted encuentra templanza, esto significa abandonar los deseos propios para llegar a ser paciente, devoto, gozosamente siguiendo el camino de Dios.
Luego usted tendrá amor fraternal y bondad. Luego usted tendrá amor fraternal y bondad. “Por que si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2ª Ped. 1:8). Usted ha nacido para producir y reproducir. Un cambio completo y radical será evidente en su vida cuando tome posesión de su herencia.
Una cantera se había quedado inútil y abandonada hasta que alguien con una visión vio sus posibilidades. Y esta persona se puso a trabajar. Ahora los turistas que visitan este lugar, descubren flores de todo color-todo plantado con césped, enredaderas y flores, y esconde las cicatrices de lo que antes había sido un lugar feo, y desfigurado. Se olvida uno de la cantera polvorienta, pues ha sido transformada por la pericia del jardinero maestro que tuvo una visión de su potencialidad y sustituyó la muerte con vida nueva.
De nuevo, considere la Palabra de Dios y su capacidad de descubrir allí la mente de Dios. Aquí se encuentra mucho terreno para ser conquistado, una hermosa herencia para disfrutar.
El pequeño librito rojo del camarada Mao capturó la mente de millones de personas. Al leer los pensamientos de este hombre, por muchos años, día y noche, la gente llegó a tener mentes comunistas. Se convirtieron en lo que leyeron. Uno puede llegar a tener una mente llena de las noticias del periódico, una mente llena de deportes, una mente llena de las novelas de las revistas: todo depende en lo que uno lee.
De igual manera Dios ha puesto a nuestra disposición la Biblia, para que lleguemos a conocer la mente de Dios. Su propósito creativo es su herencia; y usted goza de grande bendición si vive donde se puede obtener la Biblia; sin embargo la Biblia no es de provecho para usted si no la comprende y no la obedece.
¡Qué tesoro es nuestro! ¡Está usted meditando constantemente en la Palabra de Dios? ¿La lee con avidez? ¿La digiere? ¿La estudia? ¿La escribe? ¿La comparte? ¿Está usted ocupando toda su herencia que encuentra en este Libro? Este Libro le dará pensamientos que inspiran amor, consagración y servicio. ¿Qué está haciendo usted con este Libro?
Sus pensamientos puros limpiarán su mente de igual manera que una aspiradora saca la tierra de una alfombra.
Sus mandamientos ordenarán el computador de su mente y conciencia para que en el momento oportuno se aparezcan las respuestas correctas.
Miles de personas asisten clases nocturnas para estudiar muchos temas. Pasan muchas horas en el estudio procurando disfrutar una vida más completa. ¿Cuánto tiempo ocupa usted en un estudio personal, sistemático, del Libro más importante en el mundo? ¿Medita constantemente en las Escrituras? ¿Está usted realizando todo lo que puede? A veces el gobierno paga al agricultor para no sembrar sus tierras, pero Dios no hace esto; El espera que usted aproveche los recursos que ha puesto a su disposición.
Ahora, piense en el Espíritu Santo y el poder que tiene en El para disfrutar la vida de Dios. Considere algunas de Sus actividades posibles y el ministerio que El tiene en usted. El regenera, aviva, ilumina, condena, consuela, acerca, habita, enseña, une a Cristo, limpia, guía, intercede, transforma, preserva, confirma, establece, fructifica. ¡Hermano, usted se ha hecho rico. confirma, establece, fructifica. ¡Hermano, usted se ha hecho rico.
Cuando nos sometemos a El, el Espíritu Santo ayuda nuestras flaquezas, cambia nuestras actitudes, hermosea nuestro carácter, da energía a nuestro entusiasmo, quita nuestra pereza, y nos ayuda a dominar nuestro mal humor.
El propósito de Dios para cada uno de nosotros es que seamos “transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2ª Cor. 3:18).
Dios le ama. Cristo murió por usted. El Espíritu Santo le ha renovado.
Dios está obrando en usted y Su propósito es completar Su trabajo, si usted le permite. Usted está en Su taller.
Cristo se manifestará por su vida, si usted se le permite. Usted es un estudiante en Su escuela. El Espíritu Santo fluirá por usted en oración, alabanza, y adoración si usted le da la oportunidad. Usted está conectado con el infinito.
Dios tiene una idea mejor. Es exactamente para usted, porque El es la mente perfecta. ¡No desprecie su herencia!