En cierto diario el redactor dijo: “Los niños buscan una guía de confianza. Desean tener unas reglas juiciosas por las cuales puedan guiarse. Ya es tiempo de sacudir el polvo del libro de reglas”.
Toda competencia necesita una lista de reglas, y la competencia de la vida no es excluida. Nosotros tenemos un buen libro de reglas, que abarca cualquier situación. Se llama biblia. No se cambia de generación a generación, y si uno la descuida va a perder.
Este libro de reglas fue escrito para el bien de la humanidad. Es nuestra responsabilidad enseñar a los niños lo que dice la biblia acerca del libertinaje sexual que ha resultado en serio desordenes emocionales, sentimientos de culpabilidad, suicidios, y otros problemas graves que enfrentamos hoy en día.
Hace unos cuantos años muchos decidieron buscar la libertad personal. Se quejaron de las reglas autoritativas de Dios y comenzaron a guiarse por sus propias reglas. Ahora están pagando la pena dolorosa por su vida de placer.
Nos acordamos de la historia que contó Jesús del hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero mientras dormía, el enemigo vino y sembró cizaña entre el trigo. (Mateo 13:24-30).
Pero la cosecha no se perdió totalmente, el agricultor logró salvar algo de trigo en el tiempo de trillar, ¿Por qué? Porque había tenido el cuidado de sembrar buena semilla.
Así también, a pesar de la semilla de maldad que ha sembrado el enemigo existe tanto el trigo como la cizaña. Existe todavía hoy en el corazón de los que obedecen el mandamiento del Señor de “guardarse puro” y mientras la buena semilla de la palabra de Dios se siembre hoy, mañana habrá una cosecha.
Los niños necesitan ser enseñados que el sexo antes del matrimonio es pecado. La biblia lo llama FONICACIÓN y nos amonesta de abstenernos de la fornicación (1 tesalonicenses 4:3).
La escritura dice que “el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor” (1 corintios 6:13). El cuerpo humano es sagrado. Es destinado para ser un templo del Espíritu Santo y el Señor dice que los que abusan su templo serán destruidos (1corintios 3:17).
Es importante enseñar a los jóvenes que el sexo ilícito entre personas casadas también es pecado. La biblia llama a esto ADULTERIO y con toda claridad declara “no cometerás adulterio” (éxodo 20:14)
Es pecado tener relaciones sexuales con una persona que no es su cónyuge, esto es pecado contra se compañero, pecado contra su propio cuerpo, y pecado contra Dios quien constituyó la relación matrimonial para la felicidad humana.
Los jóvenes deben ser enseñados que la homosexualidad es pecado, la biblia dice claramente, “no te echarás con varón como con mujer, es abominación.” (levítico 18:22)
Para ser ganador en la competencia de la vida uno debe observar las reglas que prohíben la perversión sexual sea sodomía, pornografía, etc.
Las reglas no son anticuadas ni intolerables, solo para aquellos que se rebelan contra la autoridad de Dios e insisten en hacer lo que les dé la gana, no obstante, los resultados. Pero cuando la competencia termina, y se anuncia el resultado ¡quien quiere haber perdido!